¡No podemos seguir dejando al cabro velar las lechugas!
Insisto en que la fiscalización del contrato de LUMA Energy no puede recaer en la AEE, corporación que en el pasado demostró a la saciedad su ineficiencia en la administración de nuestro sistema eléctrico. Nos toca pensar creativamente y crear una estructura independiente y eficiente que, verdaderamente, haga el trabajo de fiscalización que se necesita.